Fiesta de San Blas de Ateca
El municipio de Ateca, en la comarca zaragozana de la Comunidad de Calatayud celebra de forma singular la Fiesta de San Blas.
Tanto es así que está declarada fiesta de interés turístico de Aragón y todos los años acuden a vivirla cientos de personas. Es una de las fiestas de la provincia de Zaragoza más populares.
Se trata de las fiestas patronales de invierno de la localidad, unas fiestas antiquísimas con origen en el siglo XV. Tiene lugar el 3 de febrero, día de San Blas, y dura tres días.
El programa de la fiesta incluye una misa solemne, una procesión con el Santo y una representación de la vida y milagros de San Blas. También se realizan actividades lúdicas y culturales, como concursos, exposiciones y conciertos. La fiesta culmina con una verbena popular.
La máscara de Ateca
La particularidad más grande de las fiestas en honor a San Blas de Ateca consiste en la originalidad que representa "La Máscara".
La Máscara es un personaje tradicional semigrotesco que se adelanta a los carnavales: un vecino del municipio disfrazado con traje de rayas rojas y amarillas, como si de un bufón se tratase, protagoniza las dos jornadas de la celebración.
El primer día, la víspera de San Blas, el personaje persigue a los niños de la localidad portando un sable y un pequeño escudo. Los pequeños, a su vez, intentan arrebatarle uno de los cascabeles que lleva en el vestido. A los adultos, la Máscara les cubre con su "corbetera", que es la tapa de la cazuela.
Los pequeños viven con mucha ilusión la celebración y se divierten mucho. Según la tradición, al que consigue alguno de los cascabeles no le falta la suerte durante todo el año.
Durante la noche se celebra una gran hoguera en la plaza de España y los jóvenes del pueblo, junto a la Máscara, la van saltando.
Al día siguiente, en el día de San Blas y a la salida de misa en la ermita, la Máscara vuelve a ser protagonista. Y es que después de la procesión la Máscara debe subir al cerro de San Blas mientras los niños le lanzan manzanas para impedirlo.
La Máscara se protege con un escudo de los manzanazos hasta que logra su objetivo y completa la subida al cerro.
Una vez allí todos los vecinos forman un corro, quedando la Máscara en el centro y cantan la canción del Puente de Alcolea. La coplilla recuerda la derrota de las tropas realistas que supuso el final del reinado de Isabel IIl.
Aquí puedes escuchar la coplilla del Puente de Alcolea.
Por último, Máscara y vecinos descienden del cerro y vuelven hasta la ermita de San Blas. Y de esta forma se da fin a la celebración de la fiesta.